con confianza, con esperanza, a la espera, hasta que Jesús fue a ver a su hija. De la misma forma, nosotros hemos de acudir a Jesús reconociendo que Él es Señor de todas las cosas, que no merecemos su atención. Lo cierto es que necesitamos su misericordia debido a la forma en que le hemos tratado siempre en el pasado. Como Jairo, hemos de comprender cuánto le necesitamos. Él es el único que puede rescatarnos del pecado y de la muerte. A menos que Él nos convierta, nos perderemos para siempre. Por
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